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El catrín (relato real)

El catrín (relato real)

Esta historia pasó hace varios años, le sucedió a mis abuelos cuando eran jóvenes. Ellos son originarios de Zacatecas en una de las rancherías aldeanas a Guadalupe, fue en la época en que mi abuelo estaba cortejando a mi abuela.

En este pueblito las fiestas patronales son en Noviembre, así que mis abuelos acordaron ir juntos con sus hermanos y algunos otros amigos, para pasar una divertida noche.

Todos se quedaron de ver a las 9 de la noche, en el templo ya que se encontraba a unas cuadras de la casa de mi abuela.

Mi abuelita, su hermana y una amiga de ellas, decidieron salir antes de la hora para pasar por otra amiga que iría junto con ellas a la fiesta. Su amiga vivía a espaldas de la casa de mi abuela, así que para cortar camino decidieron irse por el patio donde conducía a una calle y terminaba por un sembradío.

Mientras caminaban en la oscuridad por el sembradío, notaron que hacia lo lejos (unos 100 metros) había al parecer un bulto tirado como si se tratara de una persona desmayada o peor aún sin vida.

Intrigadas de ver aquella figura se aproximaron lentamente y al llegar distinguieron el cuerpo de un hombre, se asustaron tanto que al ver al hombre tirado pensaron en correr a pedir ayuda, pero al voltear a verlo nuevamente, frente a sus narices ese hombre desapareció en una nube oscura y extraña.

El catrín (relato real)

Estaban aterradas, se quedaron en shock de la impresión de ver aquella figura desaparecer como si nada, se alejaron rápidamente de ahí, no sabían si regresar o continuar, pero intentaron calmarse y pensar en alguna explicación lógica o tal vez producto de la imaginación que les jugó la luz de la luna.

Siguieron el camino a casa de su amiga ya que estaban más cerca de su casa, que de la casa de mi abuela. Todo se encontraba en completo silencio, y estaban calladas y caminaban muy juntas, cuando de pronto comenzaron a escuchar entre el sembradío una espeluznante voz que decía: “¿A donde vas?”.

Al voltear a ver hacia todos lados y no ver a nadie más, intentaron correr hacia el fin del sembradío, pero algo tomó de las piernas de la amiga de mi abuelita, jalándola más hacia dentro del sembradío, cuando mi abuelita y su hermana se percataron la tomaron de los brazos y comenzaron a jalarla hacia ellas, tan fuerte que las dos cayeron al suelo, se levantaron rápidamente y tomaron del brazo a su amiga, la levantaron y a con las pocas fuerzas que tenían comenzaron a correr.

Llegaron a la casa de la amiga a quien recogerían, sus papás no estaban así que decidieron regresar a la casa de mi abuelita pero del lado de la calle principal.

Cuando llegaron comenzaron a gritarle al padre de mi abuelita (mi bisabuelo): “Don pancho me agarraron, Don pancho!”.

Mi bisabuelo al escucharlas salió de la casa muy asustado, al ver a la amiga de mi abuelita vio que en sus piernas tenía rasguños horribles, y les ordenó meterse a la casa, cuando le explicaron el terrible suceso que pasaron con más calma, mi bisabuelo llamó a Carmen (mi bisabuela) para que se llevara a las muchachas al cuarto y se encerraran para estar a salvo.

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Mi bisabuelo Pancho salió en dirección hacia el templo en busca de mi abuelo.

Aquí es donde mi abuelo dice que cuando mi bisabuelo llegó en lugar de mi abuela, le explicó lo que había sucedido, mi abuelo se asustó tanto ya que había escuchado hace una semana atrás que una mujer había sido encontrada a un lado del camino con horribles rasguños en su cuerpo, cuando la auxiliaron ella solo pudo articular el catrín: “El catrín fue”.

El catrín (relato real)

Unos días después la mujer desapareció, no la encontraron por ningún lado.

Tanto mi abuelo, como mi bisabuelo salieron rumbo a los sembradíos con una arma en la mano, se separaron para cubrir la mayor área. Mientras mi abuelito se alejó un poco, escuchó una escalofriante voz dentro de los cultivos que le dijo: “No me las van a quitar, voy por ellas”.

Mi abuelo gritó del susto al escuchar la escalofriante voz, y corrió tan rápido que se topó con mi bisabuelo, que también fue en busca de él cuando lo escuchó gritar.

Desesperado mi abuelo le dijo lo qué escuchó y salieron rápidamente de ahí rumbo a la casa de mi bisabuelo, donde se encontraban escondidas mi abuela y las demás.

Al llegar y verlas que estaban bien, aún en el cuarto escondidas, decidieron hacer guardia afuera del cuarto toda esa noche, a la amiga de mi abuelita no la dejaron irse, ya que ella estaba marcada por los profundos rasguños.

Después de esa horrible noche de preocupación, mi abuelo se dirigió a su casa aproximadamente 2 días después.

Mientras caminaba rumbo a su casa a lo lejos distinguió un hombre tirado justo a lado del camino, cuando se acercó hacia la persona para ayudarlo, éste desapareció frente a sus ojos, en ese instante el viento retumbó fuertemente al unísono que una voz: “Voy a regresar”.

Mi abuelito corrió a su casa espantado, contándole a todos sus conocidos lo sucedido.

El catrín (relato real)

Cuando por fin logró casarse con mi abuelita se la llevó lejos de aquel lugar, construyó una casa y tuvieron familia, después de lo sucedido mi abuelito procuró cuidarlos mucho.

Como las cosas mejoraron y fueron olvidando poco a poco creyó que no volvería a pasar por algo similar, en eso se equivocó, ya que a todos sus descendientes nos han ocurrido cosas terribles relacionados a lo paranormal, de igual manera él y mi abuelita siguen teniendo pequeñas escenas de cosas extrañas.

Karina Larios (convocatoria de relatos de terror Edy Doo)

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