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El confesionario que movió el Diablo

El confesionario que movió el Diablo

El confesionario del diablo, una de las leyendas más aterradoras del estado de Durango…

En las primeras décadas del siglo XVIII, el terror fue sembrado entre los habitantes de la ciudad de Durango, cuando en su catedral, una de las edificaciones religiosas más bellas del norte de México, ocurrió un escalofriante suceso, pues fue visitada por una presencia no deseada, conocida como el Diablo.

El confesionario que movió el Diablo

La leyenda comienza con un hombre llamado: Juan, había nacido en cuna de oro y lo único que hizo de su vida, fue despilfarrar el dinero de su familia en vicios como: mujeres, apuestas y alcohol; Sin embargo como era de esperarse, llegó el día en que se quedó en la ruina, y por tratar de ganar dinero fácil, comenzó a realizar actos llenos de pecado, incluso se narra que llegó hasta quitar la vida de personas.

No pasó mucho tiempo, cuando sus malas acciones tuvieron repercusiones, la justicia lo perseguía y sus vicios lo estaban llevando a un hoyo sin fondo, por lo que en una profunda desesperación, decidió refugiarse en la oscuridad, en la media noche se dirigió a un cruce caminos e invocó al Diablo, quien si asistió a su llamado.

De este encuentro se selló un pacto, Juan tendría de regreso su fortuna para así poder llevar a cabo sus deseos desenfrenados, pero a cambio de este “regalo”, el Diablo tomaría el alma de Juan cuando muriera.

El confesionario que movió el Diablo

Pasaron los años y Juan se fue olvidando de los placeres terrenales, y al ver la fecha de su muerte cada vez mas cerca, el ahora viejo comenzó a preocuparse por su espíritu, así que arrepentido fue a la catedral a confesarse, para de esta manera ganarse a Dios y burlarse al Diablo.

Se acercó a un sacerdote, y este le pidió que fuera al confesionario, cada quien tomó el lado correspondiente, y Juan comenzó a revelar sus pecados arrodillado, todo parecía que libraría la batalla, pero cuando ya casi estaba terminada la confesión, poco antes de que el padre concluyera la oración de absolución, el confesionario de madera fue bruscamente levantado por una fuerza sobrenatural.

El confesionario que movió el Diablo
Juan cayó y el sacerdote quedó encerrado en el confesionario, pues su lado había quedado contra la pared, el religioso perturbado por la presencia del diablo, estalló en gritos de auxilio y suplicaba el perdón a Dios, pero como todos sabemos, el diablo por quien había ido era por Juan, por lo que fue encontrado sin vida en el piso sagrado en unas condiciones dignas del infierno, pues en su rostro estaba pasmado un profundo terror y su cuerpo entero se quemó como si hubiera sido alcanzado por un rayo.

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La leyenda de la catedral de Durango

Decenas de personas fueron testigos de la firma del Diablo, conformada por los restos chamuscados del pecador y un pestilente olor a azufre que perfumaba la catedral de Durango.

Edy Doo

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