Hace muchos años en el pueblo de Izamal, Yucatán, nació una leyenda de terror, la cual comienza con el fallecimiento prematuro de un hombre, dejando desamparados a su amada esposa y a su pequeño hijo, quienes estaban por sufrir la peor parte de esta terrible historia…
La madre e hijo estaban completamente solos, pues no contaban con el apoyo de sus familiares, por la que la joven tuvo que entrar a trabajar para ganarse el pan de cada día, situación que lamentablemente llevó a descuidar mucho a su niño de tres años, a quien dejaba mucho tiempo solo y a su suerte.
Un mal día, mientras el pueblo celebraba el Día de Muertos, por descuidos de la madre, su hijo tuvo un accidente, pues mientras se hervía agua en una olla, esta sin querer cayo sobre el niño, causando que el niño sea un difunto más a quien conmemorar.
La mujer estaba destrozada por la perdida de su hijo, pero todavía más arrepentida por haberlo abandonado tanto tiempo en vida, por lo que la oscuridad una vez más arribó a la familia, llevándose al último miembro que quedaba con vida, después de que la mujer decidiera colgarse en su propia casa, la cual quedó abandonada con este espeluznante suceso.
Cuando se cumplió el primer año luctuoso del infante, manifestaciones paranormales dentro de la casa ocurrieron, pues los vecinos escucharon ruidos y voces como si la casa estuviera habitada, sin embargo la casa seguía cerrada con candado… Pasó un año y volvió a ocurrir lo mismo, y así sucesivamente cada 2 de noviembre.
En la actualidad, los vecinos cuentan que los difuntos siguen regresando cada día de muertos a la casa, pues en el vecindario se pueden escuchar los estremecedores lamentos de la madre e hijo que reviven una y otra vez su terrible desgracia, en ocasiones también se puede ver por la ventana la silueta colgando de una mujer.
Atte. Edy Doo
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