Hace mucho tiempo en Piedras Negras, Coahuila existió un dentista cuyo consultorio lo tenía en su propia casa, y debido a su mala racha económica, su madre ya una viejecita era quien recibía a los clientes, abría el portón, les sonreía y los invitaba a pasar a la casa.
Lamentablemente a la viejita un día le llegó su hora de partir, pero ella no estaba lista para abandonar a su hijo…
Aunque la amable viejita falleció, los pacientes ni las personas fuera de la casa sabían, así que todo parecía normal, los pacientes seguían consultando con el dentista y seguían siendo recibidos por la viejita, hasta que un día un putrefacto olor comenzó a ambientar la casa deldentista, causa por la que los clientes dejaron de visitarlo, se podía observar como esa casa al pasar de los días se deterioraba y el zacate crecía.
Un gris día, los forenses estaban fuera de la casa y se podía ver que arrastraban una camilla con el cuerpo de la viejita tapada, los pacientes y vecinos se entristecieron por la perdida de aquella amorosa madre. Los pacientes visitaron al dentista para darle el pésame, pero para su sorpresa la viejita era quien los recibía…
Pasmados de ver en pie a aquella mujer que difunta creían, le preguntaron al dentista que es lo que estaba sucediendo, y el les respondió que el espíritu de su incondicional madre se quedó a hacerle compañía y ayudarle con su trabajo.
Pero aun no se acababan las sorpresas para los pacientes, pues el regordete dentista los invitó a pasar a su cuarto para ver un espectáculo, el espectáculo de la muerte, pues lo que había ahí, eran los restos del dentista, quien se arrebató la vida semanas después de que su madre falleció…
Se dice que hasta la fecha, los fantasmas de la madre e hijo habitan la casa, pues testigos que han visitado la casa abandonada, aseguran ver a la viejecita que se asoma por el portón…
Atte: Edy Doo