La leyenda de El Cadejo tiene muchos orígenes y significados. En la narrativa Mesoamérica, el mito se expande desde El Salvador hasta Argentina, mientras que en México es propio de Oaxaca, Chiapas, Baja California y Veracruz.
Dado a sus variaciones, es imposible saber el verdadero origen de la leyenda de El Cadejo. Sin embargo, todas las historias coinciden en una cosa: el gran perro espectral de ojos rojos que está cubierto de cadenas puede ser uno o varios.
El llanto de los perros delatan a la entidad. Demonio o no, la historia de El Cadejo no sólo es escalofriante, sino también fascinante y única en muchos sentidos.
El Cadejo
Según los mitos y leyendas de México, un gran perro negro de ojos rojos que arrastra enormes cadenas oxidadas suele aparecer por las noches. Cuando esto sucede, los perros mortales suelen llorar como si se tratase del mismo demonio.
Según relatan los cuentistas, el gran perro suele devorar a las crías de los perros. Por ello, algunos pueblos tienen la costumbre de resguardar a sus mascotas una vez entrada la noche.
Sin embargo, otras historias afirman que es posible hacer amistad con la entidad mediante curiosos rituales. Uno de ellos consiste en caminar con los pies juntos y escupir en la palma de la mano para ofrecerle el escupitajo al can.
De aceptarlo, el perro inmediatamente se convierte en un guía protector. Otra forma de alejar al demonio es colocándose la ropa al revés, orinando en un cinturón y dar latigazos al suelo con ímpetu para hacer que se vaya.
La leyenda de El Cadejo
En cuanto a su origen en México, se dice que uno de los primeros cadejos fue un joven rebelde que al ser condenado por su padre, se convirtió en un perro ambulante de forma antinatural.
Una versión en particular sostiene que el muchacho quiso a su padre. Éste estando borracho terminó maldiciéndole y ordenándole proteger a los borrachos como castigo.
Acto seguido, el joven muere misteriosamente. Su cuerpo automáticamente se transforma en un gran perro negro gigantesco sujeto a cadenas pesadas. Sus ojos brillan y de su hocico emanan grandes cantidades de saliva espumosa.
El Cadejo en Yucatán
En Yucatán a este perro infernal se le conoce como el “Uay Peek”. Se trata de uno o varios brujos que pueden transformarse en enormes perros durante las noches de luna.
A diferencia de los hombres lobo, estos brujos controlan la transformación. Sin embargo, necesitan de una ceiba para establecer conexión entre el cielo, la tierra y el infierno. Característica que les permite transformarse para cazar, robar, profanar tumbas y asustar a los mortales sólo por diversión.
El Cadejo en Oaxaca
En Oaxaca el mito resulta un poco más complejo porque allí se habla de dos perros. Uno negro y uno blanco. El blanco es creado por Dios en respuesta a la creación de Lucifer. De esta manera, el blanco puede enfrentarse al negro cuando este va a atacar a algún inocente.
La leyenda trata de cómo ambos perros se han enfrentado en feroces batallas. No siempre el perro blanco resulta el ganador, pero la mayor parte del tiempo la víctima del gran perro negro puede escapar en medio de los feroces gruñidos de ambas criaturas.
El verdadero origen de la leyenda
Se piensa que las raíces del mito provienen de la mitología mesoamericana. Los primeros hombres creían en los nahual, los guías acompañantes de los inocentes.
Según la creencia, cada ser humano posee un nahual como acompañante. Paralelamente, en México se creía en los xolotizcuintle. Los grandes perros que acompañaban a las almas difuntas en su paso hacia el más allá.
Una vez llegan los españoles al continente, las culturas se mezclan. El cristianismo supone la unión entre todos sistemas de creencias, y con la nueva idea “del bien y del mal” las historias empezaron a cambiar hasta consolidar elementos de diferentes culturas.
Probablemente el perro blanco contra el perro negro sea el ejemplo más claro de ello. La variación de la leyenda en sí no es más que la representación de la lucha del bien y del mal en la tierra, y del cómo los mortales siempre están destinados a estar en medio de ello.
Sea como sea, la leyenda de El Cadejo ahora es parte de nuestra cultura popular. Ficción o no, es imposible no sentirse extraño cuando escuchamos la misteriosa historia e imaginamos al gran perro negro de ojos rojos acechándonos en la oscuridad.
¿Y en tu localidad se cuenta la leyenda de El Cadejo?
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