La historia de los duendes de Islandia se remonta a uno de los primeros errores de la humanidad. Se cuenta que un día Dios visitó el jardín del Edén para conocer a los retoños de su creación. Sin embargo, Eva, quién aún no había terminado de bañar a sus hijos, se avergonzó de los sucios y los ocultó. Cómo castigo, Dios los maldijo como los primeros Huldofólks, para que estén ocultos también a los ojos del hombre.
Se cree que, desde entonces, esta raza de elfos invisibles ha vivido en un rincón del mundo, entre los seres humanos. Comen y respiran de la misma manera que nosotros, pero se mantienen vigilantes de cualquier injusticia hecha a su desdichada existencia.
A pesar de eso, los duendes de Islandia suelen ser amables y pacíficos. Algunas veces hasta invitan a los viajeros cansados y perdidos a pasar la noche. Nadie conoce su verdadera apariencia, pero a veces se presentan como ancianas o jóvenes doncellas, las cuales se desvanecen en cuanto intentan tocarlas.
Los primeros pobladores de Islandia, los vikingos, determinaron que habían llegado a la tierra de los Huldofólks. Después de todo, se trataba de un país deshabitado. Los vikingos habían escuchado hablar de estos seres, por lo que se mostraron respetuosos, a pesar de su sed de guerra.
La venganza de los duendes de Islandia
En la actualidad, pueden verse decenas de pequeñas casas repartidas en toda Islandia. Se tratan de construcciones de madera conocidas como “Alfhol”. Tanto adultos como jóvenes son cuidadosos de no perturbar estas viviendas y hasta las defienden para que los duendes no tomen represalias.
Para los islandeses, los duendes son una realidad a la que temer y con la que han aprendido a convivir. La mayor parte de ellos asegura que los Huldofólks son capaces de provocar accidentes a quienes han sido irrespetuosos con ellos. Cómo consecuencia, aún el gobierno se ha visto obligado a detener proyectos de construcción en los que los Alfhol están involucrados.
Su actitud no es distinta con los niños, con quiénes no demuestran ninguna piedad cuando lanzan rocas a sus casas mientras juegan. En una ocasión, una niña llamada Jófríður se dispuso a jugar sobre una gran roca donde vivía un duende. Cansado de la niña, le rompió la boca empujándola desde la cima.
Uno de las venganzas más usuales por parte de los duendes de Islandia son hechas a las mujeres embarazadas. Cuenta la leyenda que, si una mujer molesta o insulta a los Huldofólks, ellos intercambiarán a sus hijos por duendes traviesos. Muchas madres pierden la cabeza al darse cuenta de su afrenta, puesto que los niños no crecen y son desobedientes.
Humanos y Huldofólks en paz
Para evitar que las personas hagan algo que pueda molestar a los duendes de Islandia, la mayoría asiste a la Escuela Elfa. No solo se trata de un centro de estudio de estas misteriosas criaturas, sino que también es un punto de reunión para sus testigos y videntes.
A pesar de la maldición, un secreto rodea Hafnarfjörður, una localidad en Islandia que ha pasado a convertirse en la capital de los duendes. Cientos de pobladores afirman haber visto un Huldofólk, mientras que otros cuentan cómo fueron invitados a sus casas. De hecho, hay quienes han logrado ganarse algunos amigos entre los elfos.
No obstante, la relación entre los islandeses y los Huldofólks se ha visto comprometida en más de una ocasión. La mayor parte de estas suceden durante las construcciones, cuando algunos hogares elfos terminan destruidos. En retribución, los duendes de Islandia sabotean la maquinaria de los trabajadores haciéndolos perder el control.
Algo similar se vivió en las cercanías del suburbio de Gardabaer. El proyecto de una carretera en dirección a la Península de Alftanes requería de la destrucción de una iglesia Huldofólk, pero gracias a la intervención de una vidente, se llegó a un acuerdo.
Hay quienes recomiendan que, aunque no puedas verlos, no es bueno mover ni arrojar ninguna piedra, ya que podría ser el hogar de un rencoroso duende. En su lugar, gánate su favor dejando comida en fechas importantes y limpiando el interior de los Alfhol de vez en cuando. De esta forma, en lugar de secuestrar a tus hijos, podrías ser salvado de la muerte.
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