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El nombre del demonio (relato real sobre La Mano Peluda)

El nombre del demonio

Hace aproximadamente cuatro años, durante una noche de lluvia, nos encontrábamos mi hermano mayor, un amigo y yo escuchado el escalofriante programa de radio “La Mano Peluda”. El caso era sobre un chavo que llamó al programa diciendo que una entidad maligna lo estaba molestando y que no lo dejaba dormir por las noches, de pronto el hombre del teléfono comenzó a llorar y reír siniestramente, como si algo más estuviera dentro de él, para luego cantar el nombre de un demonio, un nombre que jamás debimos escuchar…

El nombre del demonio

Terminó el programa y mi hermano creyendo que era algo gracioso, comenzó a cantar el nombre del demonio que cantaba el hombre perturbado del radio, nuestro amigo lo regañó pues decía que al nombrar un demonio, es como si lo invocarás o retarás, y aunque yo tenía un poco de miedo, jamás creí que el llamado del demonio hubiera sido escuchado.

Pasaron los días y todo parecía ir normal en nuestras vidas, hasta que un día el teléfono de la casa sonó, era mi hermano que parecía un poco perturbado. El estaba viviendo en casa de mis abuelos y cuenta que una madrugada, escuchó que tocaban su puerta, cuando fue abrir no había nadie, solo una densa oscuridad y un silencio espeluznante. Fue a buscar al cuarto de mis abuelos, pero ellos estaban profundamente dormidos, no pudieron ser ellos, sin embargo mi hermano a pesar de estar asustado regresó a dormir a su recamara.

El nombre del demonio

Pasaron varios días, y la misma manifestación se repetía cada noche, algo que no se podía ver tocaba a su puerta… hasta que un día aquello que lo buscaba decidió tocar a su ventana que daba al patio, mi hermano aunque se moría de miedo, se atrevió a ver a aquello que lo llamaba, era una sombra muy alta y siniestra que lo observaba, mi hermano se quedó helado pero aún así agarró fuerzas para salir corriendo del cuarto.

El nombre del demonio

Después de este horrible suceso, mi mamá llevó a mi hermano a misas de sanación, aquellas impactantes misas donde muchas de las personas se desmayan, gritan, lloran o incluso hablan en idiomas desconocidos, después de cuatro meses asistiendo a estas celebraciones, las manifestaciones paranormales cesaron y mi hermano pudo por fin descansar por las noches, o al menos la mayoría de ellas…

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Después de cuatro años mi hermano en ocasiones puede sentir que lo observan, incluso una madrugada volvió a ver aquel demonio que lo acechaba, pero gracias a que se volvió una persona muy religiosa, sus rezos ayudan a ahuyentar a el malvado, quien a pesar del paso del tiempo no se olvida de mi hermano.

Anónimo (convocatoria de relatos de terror Edy Doo)

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