Todos los seres vivos tenemos un aura, ya sea persona, planta o animal. Todos tenemos un campo energético que nos rodea, y aunque no todos lo podemos ver, hay personas que tienen el don de hacerlo, por ejemplo la clarividente Lorraine Warren.
El resplandor que emana desde nosotros se identifica por su luminosidad y color, incluso en las imágenes religiosas podemos ver el resplandor que emana de las deidades, pareciera como fuegos artificiales.
Cada aura es única y diferente, nunca habrá una igual a otra; La intensidad y color del aura puede cambiar de acuerdo al humor, sentimiento o emoción de cada persona, se asocia que cuando un aura es roja intensa, la persona puede estar emocionada o incluso enojada, pero en cambio si el aura es azul uniforme, indica que la persona tiene paz y serenidad.
¿Cómo ver el aura?
Para este ejercicio necesitarás un compañero y una pared blanca.
- Pídale a su compañero que se ponga de pie contra la pared blanca, sin que se recargue.
- Manténgase alejado de su compañero para que pueda verlo de pies a cabeza.
- Siente tus pies firmemente plantados en el suelo y conéctate con tu respiración. Cierra tus ojos por unos segundos.
- Abre los ojos y mira suavemente a tu compañero de una manera que abarque todo su cuerpo. Mira fijamente, observando pasivamente lo que surge. No debe esforzarte por ver nada, simplemente permitiendo lo que surja en el momento.
- Comenzarás a ver el campo de energía alrededor de la cabeza y la parte superior del cuerpo. Esta es el área del cuerpo que es más fácil de ver. Al principio, aparecerá incoloro, como una ola de calor. Con el tiempo, comenzarás a ver colores y ya no necesitará un fondo blanco.
Ver auras requiere tiempo y práctica dedicada, pero cualquiera puede aprender a detectar el campo de la energía humana.
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