En la infancia vimos cientos de caricaturas que marcaron nuestra infancia, y una de ellas sin duda tuvo que ser la de “Los Pitufos”, esos pequeños seres de color azul perseguidos constantemente por el gruñón de Gargamel y su gato Azrael, quienes ideaban cualquier plan con tal de destruirlos.
Aunque en el dibujo animado vivimos pensando que Gargamel era un hechicero malvado, te sorprenderá saber que la realidad es diferente, pues hay una clara razón del porqué se empeñaba en acabar con los Pitufos, y esto se debe a que más allá de ser buenos y amistosos, están vinculados con el mismísimo diablo y todo su mal.
La verdadera historia de Gargamel viene desde el siglo XII-XIII, él era un cura reconocido que llegó a formar parte en la orden Dominica, encargado en sí de llevar a cabo la inquisición en la antigua Europa.
Gargamel nació en un pequeño pueblo de España, venía de una familia muy pobre por lo que fue abandonado a los cuatro años por su propia madre, ya que no tenía la solvencia económica para mantenerlo. Lo dejó sobre una canasta en la entrada de un convento y al ser encontrado por los hombres religiosos fue adoptado.
Con el paso del tiempo, creció y se convirtió en un cura del convento, donde juró proteger a su sagrado hogar de cualquier entidad o ser que intentara hacerles el mal, y de la misma forma ayudar a los más necesitados.
Por desgracia, al paso de los años los hombres que cuidaron de Gargamel desde su niñez, fueron falleciendo poco a poco hasta que finalmente terminó solo en aquel enorme lugar casi en ruinas.
La tristeza causada por la soledad hizo que casi llegara al borde de la locura, sin embargo, recuperó los ánimos al conocer al que sería su nuevo acompañante de por vida…
Un pequeño gato que deambulaba en los alrededores del recinto para conseguir tan solo un poco de comida. Gargamel lo adoptó llamándolo Azrael, finalmente él y su pequeño felino terminaron siendo inseparables y compañeros hasta el final de sus días.
Logró salir adelante y todas sus experiencias del día a día fueron narradas en su libro. Al final, éste gran y noble personaje fue la inspiración en diferentes cómics, y claro, dibujos animados como Los Pitufos.
Lo curioso es que en esta caricatura, Gargamel sigue siendo un cura representado como un viejo gruñón que habita dentro de una iglesia, es acompañado por su fiel gato Azrael para cazar a éstas pequeñas criaturas.
El nombre de Azrael se atribuye a Israel, que significa “El pueblo elegido de Dios”, aunque otros lo relacionan con “El Ángel de la Muerte”, y su misión es ayudar a Gargamel a destruir el mal, como a estos seres azules representados por los 7 pecados capitales, en los Pitufos es más que claro cuáles son estos personajes; Gruñón (irá), Goloso (gula), Vanidoso (soberbia), Fortachón (avaricia), Perezoso (pereza), Filósofo (envidia) y finalmente, Pitufina (lujuria). Lo curioso es que el líder de la familia, Papá Pitufo, es el único integrante con atuendo rojo, por lo que es considerado como el diablo…
Detrás de la simpática imagen de los Pitufos, se esconde un oscuro secreto, pues se dice que son los espíritus malignos del bosque, atraen el mal a la humanidad y el deber de Gargamel es proteger la tierra de éstas entidades demoníacas, por eso en los capítulos podemos ver como Gargamel se empeña en atraparlos.
En los días de luna llena, los Pitufos realizaban rituales y conjuros para despertar a un ser nuevo como ellos, porque solo por medio de esa fase lunar podían robarle el alma a los niños.
Así que, sí para a la otra deseas ver uno de sus capítulos, recuerda no odiar a Gargamel, pues él solo intenta hacer el bien para que él mal no habite en la tierra…
¿Y tú ya sabías que Gargamel no era tan malo?
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