Los cementerios son los lugares donde más suelen abundar mitos y leyendas debido a que es el lugar numero 1 donde habitan los difuntos, muchos de los cuales no pueden descansar en paz, ya sea porque tienen algún asunto pendiente, no saben que están muertos, perdieron la vida de una forma trágica, o cualquier otra espeluznante razón…
En cada tumba hay una historia, sin embargo, los sepulcros que suelen darnos más nostalgia, son aquellos que contienen niños enterrados, pues es una lastima que una vida tan corta sea truncada.
En México hay 6 tumbas de niños, que no solo causan nostalgia a los visitantes, sino miedo y escalofríos, pues los espíritus de los pequeños se manifiestan desde la tumba… (o están mas despiertos que nunca no se que suena mejor jaja)
El Niño Carlitos
“Por Carlitos Ruegue Ud y el espíritu de este niño lo ayudara” es la leyenda que esta escrita sobre la tumba del niño Carlitos, la tumba más popular del panteón “Yáñez” en Hermosillo, Sonora.
Este sepulcro pertenece a un niño llamado “Carlitos”, que el 1 de enero de 1940, conoció la muerte a la corta edad de 11 años, después de que fuera arroyado por un camión de frutas y verduras, mientras jugaba con sus patines.
No se sabe cuando ni como, pero de pronto la tumba de Carlitos era visitada diariamente por personas enfermas y necesitadas, que le pedían ayuda al niño, querían que les cumpliera el milagro de sanar, encontrar trabajo y muchos cosas más. De pronto su tumba se fue llenando de color, pues las personas que se encomendaban a él, volvían ahora a agradecer, ya que sus milagros fueron cumplidos.
Le agradecen llevándole juguetes, dulces, monedas, veladoras y muchos tipos de regalos, también se le regaló una lamina que funge como techo, para proteger la tumba del sol y la lluvia.
Uno de sus milagros más conocidos por sus creyentes es el de una niña que no podía caminar, y después de que Carlitos escuchara sus suplicas, ella volvió a andar; también el caso de un hombre que fue aprisionado siendo inocente, después de que su esposa visitó la tumba de este niño, Carlitos le concedió al prisionero la libertad.
Sobre la tumba de Carlitos se puede encontrar su foto, de cuando tenía dos años de edad, ese es el caritativo niño que hace milagros, sin embargo también se dice tiene el poder de castigar, pues a la persona que le ha llegado a robar sus regalitos, lo maldice con una vida de mala suerte.
El niño Raulito
En el panteón de San Francisco en Acapulco, Guerrero se habla de fenómenos paranormales que van desde simples apariciones de fantasmas hasta milagros concedidos por el espíritu de un niño llamado: “Raúl”.
En el año de 1933, el panteón más antiguo del puerto recibió los restos de Raúl, un bebe de 10 meses, a quien meses más tarde su hermanito de un mes fue hacerle compañía, pues perdió la vida también. La tumba de Raúl pasó desapercibida por décadas, hasta que en el 2007, una mujer fue en busca de una tumba de algún niño que nadie visitara, fue así como dio con el olvidado Raulito.
La mujer fue a pedirle un favor al bebé, pues su hija de 4 años estaba a punto de fallecer, por lo que la madre rezó y rezó para que se salvara, si era así, ella volvería a darle gracias a Raulito.
Pasado el mes de su visita, la mujer regresó a la deteriorada tumba, colocó hermosas flores, juguetes y dulces para Raúl, pues su hija se había salvado… a partir de ese momento, la noticia del milagro se propagó por la ciudad, por lo que Raúl comenzó a tener muchos visitantes, algunos le pedían milagros y otros solo iban a dejarle regalos.
Con el tiempo los milagros adjudicados a Raulito fueron incrementando, como el caso de un agente de transito, que al quedarse sin frenos mientras conducía, se encomendó al niño Raúl, quien efectivamente lo ayudó a sobrevivir; El agente agradecido le remodeló su vieja tumba, así como también gracias a otro de sus milagros, una familia le construyó una casita de lamina.
Hasta la fecha, la tumba de Raúl es visitada diariamente por decenas de creyentes, quienes fervientemente depositan su fe en el niño milagroso.
Se dice que por las noches se han reportado risas, voces y avistamientos de niños que juegan entre las tumbas del panteón.
El niño del violín
El panteón del Carmen de la ciudad de Monterrey, Nuevo León alberga la tumba de un talentoso niño músico que perdió la vida a los 13 años de edad, cuando enfermó de tuberculosis en el año de 1908, se dice que desde entonces actividad paranormal ocurre dentro del antiguo panteón.
La conmovedora historia comienza con un niño llamado: “Gregorio Alanís González” y era originario del poblado de El Cercado, en el municipio de Santiago, NL. Goyo tenía un talento nato para tocar el violín, deleitaba a todos los presentes de su época con sus espléndidas piezas de música clásica, sus padres le compraron un costoso violín “Stradivarius”, para que pudiera exponenciar sus habilidades musicales, el niño llegó a ser reconocido como: “El Niño Virtuoso del Violín”.
Lamentablemente la felicidad no iba a durar para siempre, pues la muerte truncó la vida del niño a muy temprana edad cuando arribara la enfermedad, quitándole al mundo la oportunidad de conocer un músico que haría vibrar… Sin embargo no todo son malas noticias, pues aunque no conquistó el mundo, si ha conquistado los corazones de los regiomontanos, especialmente de quienes viven alrededor del cementerio donde Goyo esta enterrado, pues el niño sigue tocando el violín desde la tumba…
Los vecinos del panteón cuentan que por las madrugadas, se pueden escuchar hermosas melodías de violín que provienen desde el lugar donde habitan los difuntos, es el niño ofreciendo un estremecedor concierto para las ánimas que habitan el panteón.
Si quieres conocer la tumba del violinista, tienes que visitar el panteón del Carmen ubicado en el centro de Monterrey, Calle Bravo esquina con Washington, será fácil reconocer su sepulcro, pues cuando Goyo falleció, su familia levantó un monumento funerario, es una escultura de mármol blanco con la figura del niño tocando el violín, junto a su tumba, se encuentra la de sus padres.
Entre la 1 y 3 de la madrugada con un poco de suerte, o como lo quieras llamar, podrías incluso ver al niño, quien en ocasiones se manifiesta en cuerpo presente.
La niña del ángel
En 1908 el panteón Juan de la Cruz le dio la bienvenida a los restos de una niña de 2 años llamada: “Ana María”, cuya historia de su muerte comienza cuando la pequeña junto a sus padres viajaron desde la ciudad de México a Orizaba, Veracruz a una fiesta familiar. En un descuido en el cual la niña se quedó sola, una vela cayó sobre su vestido provocando que Anita perdiera la vida en llamas.
Destrozados los padres de Anita e imposibilitados de trasladar su cuerpo a la Ciudad de México, decidieron enterrarla en Veracruz, pero no sin antes mandar hacer una estatua de la niña junto con un ángel guardián para que acompañara y protegiera a Anita por la eternidad…
Desde que Anita reposa en aquel cementerio, historias que pasan de generación en generación han convertido la tumba de la niña en una de las leyendas más famosas de Veracruz, pues se dice que el espíritu de la niña habita en el panteón, visitantes de hace más de 100 años hasta la actualidad han sido testigos de ver como en la noche los ojos de la estatua de Anita cobran vida y te siguen a donde vayas.
Los trabajadores nocturnos aseguran que en la madrugada, se puede ver el fantasma de la niña vagando por las tumbas buscando a sus padres, y en pocas pero algunas ocasiones se puede ver un ángel tras ella.
Es común ver que las flores de otras tumbas desaparecen para aparecer en la tumba de Anita, quien desde que murió, no ha habido un día que no tenga flores vivas.
Dice la leyenda que Anita puede conceder deseos a los niños, si ella cumple alguno de ellos, el niño tiene que regresar a su tumba para agradecerle con un juguete.
El niño Nachito
El niño que le tenía miedo a la oscuridad.
La leyenda cuenta que desde el momento que nació, Nachito demostraba tener un intenso temor a la oscuridad, no podía dormir sin una vela prendida ni en lugares cerrados, por lo que sus padres siempre dejaban una vela encendida y la puerta abierta durante las noches.
Días posteriores de que Nachito cumpliera su primer año, sus padres salieron brevemente de la casa y dejaron a su bebé durmiendo en su habitación iluminada, pero lamentablemente aquello que perseguía a Nachito logró llegar a él, después de que la vela se apagara.
Cuando sus padres llegaron a la casa, encontraron la habitación de el niño apagada y un silencio que revelaba que algo no estaba bien, al llegar a la cuna, Nachito yacía sin vida aún con lagrimas en su rostro.
Sus padres enterraron a Nachito en el panteón Belén en Guadalajara, pero misteriosamente al día siguiente de su sepelio, el ataúd de Nachito se encontraba afuera de la tierra, los encargados del panteón le atribuyeron este hecho a los profanadores de tumbas, y lo volvieron enterrar, pero al día siguiente pasó lo mismo, y siguió repitiéndose la misma historia hasta que se cumplieron 10 días, cuando la madre de Nachito se enteró, les comentó en el panteón sobre la fobia de su hijo, por lo que decidieron no volver a enterrar a Nachito y poner su tumba en alto.
Actualmente la tumba de Nachito es un destino popular dentro del panteón, pues los visitantes van a rezar por su descanso y le dejan juguetes sobre su tumba para que pueda jugar durante la noche, su tumba esta rodeada de 4 torres, en las cuales ponen antorchas cuya luz vela el sueño de Nachito, quien incluso después de la muerte aún le teme a la oscuridad.
¿Cual de estas tumbas de niños te pareció más espeluznante…?
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