La infancia es una de las etapas más bonitas de la vida, cuando se es niño, uno es inocente y creemos que el mundo es un lugar en el que podemos confiar, lamentablemente eso no es verdad… La maldad existe, habita en perversas personas que se disfrazan de ángeles que te quieren ayudar, y muchas de sus víctimas son precisamente niños, pues se aprovechan de su ingenuidad, como es el caso de Gerardito, cuya vida fue truncada a las 9 años…
Esta trágica historia comienza en Quetzaltenango, Guatemala con Gerardito, un alegre niño que jugaba en el parque de la plaza principal sin supervisión de sus padres, cabe mencionar que fue a mediados del siglo XX, se supone que en ese entonces eran tiempos más seguros.
Mientras Gerardito se divertía un rato aún con el uniforme de su escuela, un desconocido hombre se le acercó para regalarle dulces, los cuales Gerardito acepto sin dudar, a los pocos minutos de hacerse amigos, el hombre invito al niño a su casa, en donde según el hombre había cientos de dulces para comer, por lo que emocionado Gerardito acompaño a su casa a ese misterioso hombre.
Cuando llegaron a la vieja y descuidada casa, el hombre le pidió a Gerardito subir a la segunda planta por los dulces, pero para sorpresa de Gerardito, no había ninguna golosina, ni muebles, solo un oxidado catre en medio de la nada; Cuando Gerardito se quiso ir era demasiado tarde, el hombre ya lo había atacado, y aunque trato de abusar de Gerardito, el niño se resisto con todas sus fuerzas para evitar ser abusado, por lo que entre la desesperación e ira del hombre, este golpeó múltiples veces a Gerardito hasta dejarlo moribundo.
Un vecino que pasaba por la casa, escuchó los desgarradores gritos del niño, para cuando logró entrar, no estaba el agresor, solamente estaba Gerardito a medio morir, quien dijo unas últimas palabras antes de partir… “Mejor morir que pecar”.
Se dice que el espíritu de Gerardito se quedo en este mundo, pues muchos que lo han invocado para pedir su intercesión en asuntos de angustia moral, han sido testigos de su presencia, su tumba ha sido convertida en un santuario.
Atte. Edy Doo
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